Purén, Región de La Araucanía – En un significativo acto de justicia histórica, los dirigentes de la comunidad mapuche Caupolicán firmaron las escrituras que aseguran la restitución de sus tierras ancestrales, expropiadas por el Estado chileno en 1898. Este logro marca el final de una larga lucha de más de 16 años por recuperar un total de 561,3 hectáreas.
El proceso, facilitado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), culminó con la transferencia formal de los terrenos. La restitución se concreta en el marco del We Tripantu, la celebración del Año Nuevo Mapuche, que simboliza el renacimiento y la renovación de la naturaleza durante el solsticio de invierno en el hemisferio sur, entre el 21 y el 24 de junio.
Luis Penchuleo, director nacional de Conadi, expresó su satisfacción con el desenlace de este proceso. “Estamos muy contentos porque, coincidentemente, justo en esta fecha tan importante para el pueblo mapuche, estamos dando esta tremenda noticia a la comunidad Caupolicán”, declaró Penchuleo, destacando la importancia simbólica del momento en que se realizó la restitución.
La comunidad Caupolicán inició su reclamo en noviembre de 2007, basándose en el artículo 20, letra b, de la Ley Indígena, que aborda los procesos de restitución territorial respaldados por documentos oficiales otorgados por el Estado. Esta ley ha sido fundamental para la recuperación de tierras ancestrales por parte de diversas comunidades mapuches.
La inversión destinada a la restitución de estas tierras ha sido significativa, reflejando el compromiso del Estado con la reparación histórica y el desarrollo de las comunidades indígenas. La recuperación de estas tierras no solo representa un acto de justicia histórica, sino también una oportunidad para que la comunidad Caupolicán fortalezca su identidad cultural y potencie su desarrollo sostenible.
El We Tripantu, o Año Nuevo Mapuche, es una festividad que celebra el retorno del sol y el inicio de un nuevo ciclo natural. La coincidencia de la restitución de tierras con esta celebración añade una dimensión aún más profunda al evento, subrayando la conexión de los mapuches con su tierra y sus tradiciones ancestrales.
La restitución de las tierras a la comunidad Caupolicán es un hito en la historia de las reivindicaciones territoriales mapuches en Chile. Este logro no solo devuelve tierras, sino que también reconoce y valida la historia y los derechos de la comunidad mapuche, fortaleciendo su autonomía y su capacidad para decidir sobre su futuro.
Con la recuperación de sus tierras, la comunidad Caupolicán tiene ahora la oportunidad de emprender nuevos proyectos que promuevan el bienestar y el desarrollo de sus miembros. La expectativa es que esta restitución sirva como un precedente para futuras reivindicaciones y que inspire a otras comunidades a perseverar en la lucha por sus derechos.
En conclusión, la restitución de las tierras a la comunidad mapuche Caupolicán es un acto de justicia que se alinea con la celebración del We Tripantu, simbolizando un nuevo comienzo y la esperanza de un futuro mejor para todos los pueblos originarios de Chile.
Fotografía Conadi