En medio de las complejas consecuencias que esta dejando el temporal de viento y lluvia en nuestra región, es importante llegar a tiempo con las ayudas más urgentes, pero también desde ya comenzar a trabajar en mejorar los errores que en la planificación de las comunas y territorios se han cometido, señaló la consejera regional Ana Araneda.
“Es precisamente en estas circunstancias cuando mejor se aprecian las falencias y errores que se han cometido en la planificación de nuestras comunas en la parcelación de las zonas rurales, permisos de edificación y bajísima o nula fiscalización. Esto sumado al cambio climático con eventos inusuales, extremas precipitaciones y vientos huracanados, hacen que nos encontremos en la compleja situación actual. Debemos preocuparnos de todo esto ahora”, indicó la presidenta de la comisión de Medio Ambiente del Core.
Para la Core los eventos graves dejaron de ser eventuales, pues cada vez son más frecuentes y se deben enfrentar amenazas de incendios o inundaciones, por lo que es importante dejar de actuar de forma reactiva ante los acontecimientos y consecuencias de estos fenómenos naturales.
“Con este gran temporal, hasta la fecha no se ha tenido que lamentar la pérdida de ninguna vida, pero sí importantes daños estructurales por anegación, desconectividad, remoción de masas, desbordes de cuerpos de aguas continentales y aislamiento geográfico que, al sumar daños, tendrá costos de cientos de miles de millones y la consecuencia es retroceder nuevamente en el crecimiento de nuestra región”, planteó Ana Araneda.
La consejera, quien además es doctora en Ciencias Ambientales, señaló que los ríos se desbordan porque buscan sus cauces naturales, los deslizamientos o remoción en masas ocurren porque hubo pérdida de cubierta vegetal, anegamientos de suelos porque en algún momento fueron vegas o humedales y probablemente rellenados.
“No podemos seguir retrocediendo en infraestructura y crecimiento cada vez que tenemos un evento climático extremo, debemos buscar instrumentos y herramientas a través de creaciones de nuevas legislaciones que miren la prevención, políticas públicas con estrategias de resiliencia que nos permitan reducir los daños y costos a todo tipo de evento climático. Es posible el trabajo mancomunado de los actores públicos, lo que nos permita construir nuevas estrategias para estar tranquilos en invierno y verano”, concluyó.